Escasez de mano de obra y aumento de costos laborales alertan a los gremios frutícolas
Factores como las restricciones al ingreso de temporeros extranjeros, han implicado alzas sustanciales en las remuneraciones que han llegado a niveles récord en segmentos como las cerezas.
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Por estos días, la preocupación es la tónica al interior de la industria frutícola y sus gremios. En estos meses claves para la recolección, el sector ha sido afectado por la disminución de la mano de obra cuya principal causa es la limitación exigida por la pandemia. Este escenario ha ido acompañado de un alza de los costos laborales con un incremento generalizado de las remuneraciones buscando atraer a los jornaleros, esfuerzo que ha alcanzado niveles récord en algunos segmentos.
Entre las razones que explican este proceso, destacan el cierre de las fronteras que han frenado la llegada de temporeros extranjeros. “Por efecto de las restricciones al producto de la pandemia, disminuyó el ingreso de gente, que no eran pocos trabajadores, sobre todo desde Bolivia y Perú. Al no poder entrar al país, ha habido una redistribución de mano de obra interna, la cual ha costado conseguir frente al peak de demanda”, señaló Jorge Valenzuela, presidente de Fedefruta.
Junto a lo anterior, en la industria también enfatizan el efecto que han tenido las restricciones de las cuarentenas en el desplazamiento de los jornaleros a los huertos, lo cual “delimita la disponibilidad de gente”, indicó.
Si bien precisó que este cuadro no ha impedido la realización de faenas de recolección de frutas hasta ahora, el dirigente gremial indicó que la industria sí está en alerta por los efectos que ya está comenzando a tener la escasez de trabajadores en los huertos y plantas de proceso en segmentos como uvas, arándanos y cerezas. Esto se está traduciendo en un aumento de las remuneraciones de los jornaleros como la fórmula para atraerlos. Valenzuela indica que el salario promedio que se le paga a los trabajadores hoy en los campos está en torno a los $30.000 diarios, que se comparan con los niveles en torno a $20 mil de hace tres años.
Y este efecto sería mayor en algunas faenas donde, de acuerdo a conocedores del sector, se está pagando unos $80 mil por día a los jornaleros, específicamente en la actividad de las cerezas.
Advertencia de los exportadores
Junto con destacar los preparativos de la industria para cumplir con los requerimientos de los mercados internacionales para la temporada de exportaciones de frutas frescas 2020-2021, el presidente de Asoex, Ronald Bown, puntualizó que “hemos estado enfrentando diversos desafíos como es no contar con suficiente personal en los huertos y plantas de proceso, en particular para la uva de mesa en el norte, así como también para las cerezas y arándanos que hoy están en pleno proceso de recolección de fruta”, según expuso en un comunicado a inicios de este año.
“En el caso de la uva de mesa en Atacama, hay una carencia de trabajadores extranjeros, en particular provenientes de Bolivia”, puntualizó el directivo, advirtiendo que este cuadro podría empeorar una vez que se sumen el resto de los carozos y la uva de mesa de la zona central. En este sentido, Bown advirtió que esta situación ya se está viendo en las cosechas de cerezas y arándanos de la zona central, con una menor disponibilidad de trabajadores, tanto por las necesidades de autocuidado como por restricciones de la pandemia.
Por su parte, el presidente de Fedefruta añadió que la crisis sanitaria también ha aumentado los costos en ámbitos como el transporte. “Hay que tener más buses para respetar los aforos”, dijo.
Entre las causas de esta menor disponibilidad de mano de obra, en el sector mencionan que una cantidad significativa de personas que habitualmente trabajan en faenas agrícolas en esta coyuntura han preferido los bonos y beneficios que entrega el Estado a un contrato laboral, lo cual ha dificultado contar con personal necesario para realizar la cosecha.